lunes, 26 de agosto de 2013

FEDERICO GARCÍA LORCA, CERCA DE LA INDEFENSIÓN Y LOS MIEDOS ANCESTRALES

Federico García Lorca fue uno de los primeros autores que yo leí en la adolescencia con el precipitado entusiasmo de esa edad. Ahora tiendo a pensar que la libertad creadora del granadino me animó a escribir mis primeros poemas y, a la larga, sin darme cuenta, me ayudó a buscar mi propio mundo, aunque para ello haya sido necesario apartarme del suyo hasta no reconocerme en su singular y exuberante imaginería lírica. Sin embargo, me siento muy cerca de la indefensión y los miedos ancestrales de nuestra especie, que laten, tanto en su poesía como en su teatro, con un temblor primigenio. Un temblor que ya no distingue entre instinto y conciencia, júbilo y pena, en favor de emociones primordiales –nada ajenas a la hondura del arte flamenco– que, apoyándose en amplios registros formales, nutren la memoria de nuestra lengua como sólo los grandes poetas han hecho siempre.


Opinión aparecida en «Lorca, al vuelo, en diez voces» (Luvina nº 45, Universidad de Guadalajara, México, invierno de 2006).